miércoles, 8 de mayo de 2013



Uno de los Jueves Solemnes
Siguiendo el calendario de Rito Romano hay tres jueves solemnes: el Jueves Santo dentro de la Semana Mayor, el Jueves de la sexta semana de Pascua que se celebra la “Solemnidad de la Ascensión” (a los cuarenta días de la Resurrección)  y el Jueves de Corpus Christi, en recuerdo del día de la institución del Sacramento.

Dentro del tiempo pascual celebramos el misterio de la Ascensión del Señor a los cielos: Cristo Resucitado vuelve triunfalmente a los cielos y se sienta a la derecha del Padre, su humanidad unida a su divinidad ha sido glorificada extraordinariamente y nosotros descubrimos nuestro destino junto a El; también nosotros aspiramos a esa Gloria, en su humanidad hemos sido glorificados todos.

La liturgia de esta solemnidad es una continuación del dinamismo ascensional de la Resurrección, Cristo asciende triunfante a la gloria de Padre. Así lo afirma la colecta de la misa: “… porque la Ascensión de Cristo es ya nuestra victoria y donde nos ha precedido El que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros”.

Ya no se apaga el Cirio pascual como indicaba las rúbricas antes de la reforma conciliar, pues el Resucitado sigue en medio de nosotros de un modo nuevo. Se debe celebrar con toda solemnidad, con las mejores vestiduras blancas, con muchas flores en el presbiterio, con incienso si es posible. La eucología es propia de este día, tiene tres prefacios relacionados con este misterio, tiene embolismo propio en las tres plegarias eucarísticas y bendición solemne. El tiempo pascual continúa hasta la Solemnidad de Pentecostés que es el final solemne, “la Pascua granada” como se le llamaba antiguamente, por el color rojo.

En el Perú así como en los países de Latinoamerica se traslada al domingo séptimo de Pascua siguiendo la tradición española.

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