Lugares litúrgicos
Quisiera empezar hoy una sencilla explicación de las partes
del templo lugar en donde nos reunimos a celebrar los divinos misterios de
nuestra salvación. Si la liturgia nos permite celebrar nuestra salvación, la
presencia de Dios que viene a nuestro encuentro, cuanto más comprendamos el
significado de cada lugar vamos a comprender mejor la obra de Dios y como
debemos de disponernos para que esa obra dé fruto en nosotros
Templo
El Templo material es símbolo del templo espiritual que
formamos todos los bautizados unidos a Cristo Señor que nos une a su Cuerpo
espiritual. Es el lugar sagrado en donde los fieles se reúnen para escuchar la
Palabra de Dios y celebrar los sacramentos. Es imagen de la Iglesia, Cuerpo
místico de Cristo.
Lo más tradicional es que tenga forma de cruz o basilical
es decir rectangular como las antiguas basílicas romanas. Antiguamente estaba
orientado hacia el norte (Oriente) lugar por donde nos iba a llegar la Salvación
Altar
Es el lugar más importante del templo. Todo el
conjunto arquitectónico del templo está centrado en él; todo está orientado
hacia él, como el núcleo hacia el cual debe tender toda la atención de la
asamblea, pues es símbolo del mismo Señor Jesús.
El altar debe de estar hecho de un material sólido, de
una sola pieza de preferencia, pues es signo de Cristo que es la piedra
angular, la roca firme donde se cimenta toda la
Iglesia (cfr 1 Co 10,4). El es el centro, la piedra angular, el que le
da sentido a toda nuestra fe; en El encontramos a Dios que sale a nuestro
encuentro para salvarnos. El es el que le da sentido a todas las cosas, el es
la Cabeza de la Iglesia y nosotros sus miembros (cfr Col 1,18).
El altar es el lugar donde se reactualiza el único
sacrificio de la Nueva Alianza, que nos reconcilia (Hb 10,12ss), es el ara del
sacrificio; en la Misa se realiza el sacrificio de la Cruz, en donde el Señor
Jesús se ofrece al Padre por nuestra reconciliación; se vuelve a hacer presente
la misma oblación del Hijo que realizó en el Calvario sólo que de manera incruenta
(es decir sin sangre). Es también mesa pues en ella se parte y reparte el
Cuerpo y la Sangre del Señor, a todo aquel que quiera recibirlo. Alimento que
da vida eterna y nos fortalece en nuestra vida cristiana (cfr Jn 6,55).Por ello se reviste de un mantel.
Cerca o
sobre el altar deberá haber un gran crucifijo hacia donde deberá dirigirse la
mirada del celebrante y los fieles, su norte celebrativo
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