lunes, 17 de septiembre de 2018


Lugares litúrgicos


Quisiera empezar hoy una sencilla explicación de las partes del templo lugar en donde nos reunimos a celebrar los divinos misterios de nuestra salvación. Si la liturgia nos permite celebrar nuestra salvación, la presencia de Dios que viene a nuestro encuentro, cuanto más comprendamos el significado de cada lugar vamos a comprender mejor la obra de Dios y como debemos de disponernos para que esa obra dé fruto en nosotros

Templo

El Templo material es símbolo del templo espiritual que formamos todos los bautizados unidos a Cristo Señor que nos une a su Cuerpo espiritual. Es el lugar sagrado en donde los fieles se reúnen para escuchar la Palabra de Dios y celebrar los sacramentos. Es imagen de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo.

Lo más tradicional es que tenga forma de cruz o basilical es decir rectangular como las antiguas basílicas romanas. Antiguamente estaba orientado hacia el norte (Oriente) lugar por donde nos iba a llegar la Salvación


Altar

Es el lugar más importante del templo. Todo el conjunto arquitectónico del templo está centrado en él; todo está orientado hacia él, como el núcleo hacia el cual debe tender toda la atención de la asamblea, pues es símbolo del mismo Señor Jesús. 

El altar debe de estar hecho de un material sólido, de una sola pieza de preferencia, pues es signo de Cristo que es la piedra angular, la roca firme donde se cimenta toda la  Iglesia (cfr 1 Co 10,4). El es el centro, la piedra angular, el que le da sentido a toda nuestra fe; en El encontramos a Dios que sale a nuestro encuentro para salvarnos. El es el que le da sentido a todas las cosas, el es la Cabeza de la Iglesia y nosotros sus miembros (cfr Col 1,18).

El altar es el lugar donde se reactualiza el único sacrificio de la Nueva Alianza, que nos reconcilia (Hb 10,12ss), es el ara del sacrificio; en la Misa se realiza el sacrificio de la Cruz, en donde el Señor Jesús se ofrece al Padre por nuestra reconciliación; se vuelve a hacer presente la misma oblación del Hijo que realizó en el Calvario sólo que de manera incruenta (es decir sin sangre). Es también mesa pues en ella se parte y reparte el Cuerpo y la Sangre del Señor, a todo aquel que quiera recibirlo. Alimento que da vida eterna y nos fortalece en nuestra vida cristiana (cfr Jn 6,55).Por ello se reviste de un mantel.
Cerca o sobre el altar deberá haber un gran crucifijo hacia donde deberá dirigirse la mirada del celebrante y los fieles, su norte celebrativo






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