Ambón
Es el lugar en donde se proclama las lecturas de la
Biblia, Palabra de Dios. El Ambón es un lugar, no un mueble, en donde se
proclama la Palabra de Dios a la asamblea, en donde Dios habla a su pueblo, de
allí que tenga junto con el altar y la sede un lugar destacado en la
arquitectura del templo.
El ambón deberá estar destacado como un lugar en
donde se pueda proclamar con claridad y dignidad la Palabra, deberá ser
estable, no un mueble que se quite y se ponga cuando moleste. Así el lugar de
la Palabra deberá permanecer incluso cuando no hay celebración. Además deberá ser un lugar destacado, por la
dignidad de su función; destacado y separado del altar, como otro de los puntos de atención en la celebración. Deberá
ser un lugar visible, para que el lector pueda ser visto y escuchado por toda
la asamblea reunida.
Sede
La sede presidencial como
comúnmente se le conoce, es el lugar en donde preside la celebración litúrgica
el ministro ordenado, ya sea de pie delante de ella o sentado. La sede es el lugar propio del ministro
ordenado, que representa al Señor Jesús que es Cabeza de la Iglesia, y que es
nuestro mediador ante el Padre. Es el Señor Maestro que a través de su ministro
nos habla y nos enseña las verdades de la fe. El sacerdocio es un don por el
cual queda el que lo recibe, configurado a Cristo Pastor y Sacerdote de su
pueblo; el sacerdote es, como decía el Papa San Juan Pablo II, “un ícono
(imagen, figura) del Señor Jesús en medio de sus hermanos” (cfr. Pastores dabo
vobis), y deberá ser entendido y vivido como un servicio en favor de los demás
(cfr Mc 10, 45).
La sede tiene que tener un
lugar fijo, estable, de preferencia no se debería mover. No puede ser una silla
cualquiera, deberá ser grande, solemne, sin parecer un trono, para significar
que allí está presente el Señor por medio de su ministro, presidiendo, dirigiendo
la oración, animando a la comunidad que se reúne en su Nombre, para dar culto a
Dios su Padre en el Espíritu Santo. La homilía según la OGMR se puede hacer
desde la sede o el ambón, es más
simbólico hacerla sentado en la sede.
Para poder presidir desde la
sede los ritos iniciales, la liturgia de la Palabra y los ritos conclusivos
deberá haber un facistol o atril sencillo para poder colocar el libro de la
sede o el misal
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