lunes, 5 de agosto de 2013

     

 

         La liturgia episcopal: la dalmática debajo de la casulla

Quizás más de uno se pueda sorprender cuando ha visto al Obispo ponerse la dalmática diaconal debajo de la casulla de la celebración de la Santa Misa. Como indica el Ceremonial de los Obispos (n. 125 c) en las misas pontificales  para significar que el tiene la plenitud del Sacramento del Orden.

No hay que olvidar lo que enseña la doctrina católica: el sacramento del orden es un sacramento que pueden recibir los bautizados varones, que tiene tres grados, el tercero el diaconado, el segundo el presbiterado y el primero el episcopado, los tres configuran con Cristo como Cabeza de la Iglesia al servicio de los fieles laicos. Que en los tres grados imprime carácter sacramental en el alma del que lo recibe válidamente y con la gracia de estado necesaria para ejercerlo santamente. Por lo tanto no se desaparecen y permanecen para siempre en el ordenando.

El orden del diaconado que es el primer grado que se recibe de este sacramento lo reciben todos los clérigos, pero es un distintivo  de todo ministro ordenado, el esta ordenado para el servicio de la Iglesia, no para sí mismo sino para el servicio  los demás. Deberá estar presente siempre en la espiritualidad del ministro ordenado: el es un servidor, un siervo primero de Dios en las cosas suyas y después de los hermanos.

Por ello el Obispo lo lleva cuando celebra la misa pontifical para recordárnoslo y recordárselo a sí mismo 

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