¿Cómo se celebra a
los difuntos en la Santa Misa?
La gran devoción que
hay en la Iglesia por pedir por los difuntos desde los inicios de la fe puede
llevar al celebrante a confundir una misa con intención de un difunto, con una
misa de difuntos.
Hay que tener presente
que en el Santo Sacrificio de la Misa siempre se pide por los difuntos después
de las intercesiones particulares, en todas las plegarias eucarísticas, por
tanto la celebración eucarística tiene un recuerdo por ellos. Por eso hay que
saber distinguir bien, cuando una persona nos pide una misa con intención
individual, si es por una persona difunta, hay que preguntar si es una
celebración significativa de recuerdo, que pueden ser: a la semana de la
muerte, al mes de la muerte, al año de la muerte (estas dos últimas muy
significativas en el Perú).
No hay que confundir
tampoco el rito típico de las Exequias que consta de tres estaciones que son:
la oración en la capilla ardiente (o responso), la Santa Misa exequial que
según la Ordenación general del Misal Romano, es la más importante (n 380) y el
traslado al cementerio y sepultura. Este ritual es propio y tiene sus propias
rúbricas.
El Misal romano titula
“en el aniversario” en la primera sección y “en diversas conmemoraciones” en
otra los formularios de difuntos; hay algunos días que no se pueden celebrar,
p.e en las solemnidades del Señor, de la Virgen, de los Santos; en las fiestas
de gran arraigo popular en una comunidad o en una región (OGMR 380 ss). Los
domingos en las misas públicas de una parroquia o una capilla abierta a los
fieles no se pueden celebrar misa de difuntos en los horarios habituales, se
pueden hacer excepcionalmente en horarios no habituales.
La celebración de
difuntos se celebra con los formularios mencionados, con el leccionario de
difuntos, con las vestiduras de color morado o negro, no se recita ni se canta
el Gloria, ni el Aleluya antes del Evangelio.
Es distinto que se
solicite una misa con intención de difuntos, muy común en la devoción de los
fieles, entonces si se puede incluir la intención en una misa habitual
dominical de una parroquia, en una solemnidad, en una fiesta pues ahí solo se
ofrece el Sacrificio eucarístico en sufragio por la salvación de esa persona,
pero todo es propio de la misa que se celebra, incluso si es feria del tiempo
ordinario. También se puede hacer en misas con intenciones varias o misas
comunitarias con intenciones por difuntos, por salud y otros motivos. Es mejor
que tampoco se mencione al difunto ni en la homilía ni en las peticiones pues no
corresponde con el espíritu de la celebración.
Por ello no se puede
celebra todos los días “misas de difuntos” aunque tengamos todos los días
intenciones por difuntos, con ornamentos morados o negros, con lecturas del
leccionario de difuntos, pues contradice el sentido de la celebración
litúrgica, atenta contra la piedad y reverencia del celebrante y contra la devoción
de los fieles, es un abuso litúrgico que no se debe permitir, so pretexto de “ser
cercano y pastoral”.
Propio del “ars
celebrandi” que deberá ser una de las prioridades de los sacerdotes, sobre todo
los que tienen cura de almas, es celebrar la liturgia según las normas de la
Iglesia. Como decía el Papa Benedicto XVI: “El primer modo con
el que se favorece la participación del Pueblo de Dios en el Rito sagrado es la
adecuada celebración del Rito mismo. El ars celebrandi es la
mejor premisa para la actuosa participatio” (Sacramentum caritatis
n 38)
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